miradascelestes

lunes, julio 10, 2006

Antonio pedía un cuento para dormir, su insomnio era rastrero y áspero. En su habitación se tejían cálidamente telarañas que atrapaban sus sueños vacíos y aireados con el aroma del atardecer del invierno. Miraba sus pies y alrededor de ellos había historias contadas con trocitos de recuerdos. Allí estaba de nuevo, pidiendo palabras, sonidos y una mirada que le hiciera sonrojar.
Durante las madrugadas y en el silencio de una ciudad que no podía ser más que una diosa del mar -ciudad flotante anclada para siempre- caminada en derredor de su propio círculo. La frontera de su ventana le comunicaba con un mundo en el que sólo un barco podría llevarlo de vuelta a aquel puerto en donde su piel y su alma no le pertenecían sino al angustioso amor que hoy lo tenía en el vilo de la desfachatez.
En los días en que sentía que no podía soportar el peso de su cabeza, iba al encuentro de la brisa fría del día de invierno, y en los días calorosos su tedio era tal, que prefería sentir como su piel se quedaba pegada en una silla alrededor de un mundo de información que se presentaba por una pantalla.
Una mujer se acerca por la ventana y le pide que cierre sus ojos para que pueda saborear su propio corazón. –acto que le aturde de solo pensarlo- Confundido la mira sin mirarla, ella sabe que los pensamientos de él están desordenados y alterados, su propuesta es algo extraña ante los oídos de un ser que pretende ver pasar su vida a través de aquella ventana. Suavemente le llama para que se acerque. Antonio accede tímidamente y pone su oreja junto a los labios de ella y escucha. Mientras lo hace sus ojos se cierran y en un momento sin pensarlo, Antonio ya no esta en su habitación, viaja por entre palabras, sonidos y miradas que le hacen sonrojar. La mano de ella es tibia pero firme y se él se deja llevar para que le espíe.
Un sonido sordo le trae nuevamente a su estado de ausencia mágica. Su cuerpo tiembla y un agradable sabor le llena.
Ha saboreado su propio corazón.

6 Comentarios:

  • La imaginación nos transporta, tu prosa es ágil y transparente.
    Saludos.

    Por Blogger @Igna-Nachodenoche, A la/s 3:26 a. m.  

  • SE entra de lleno en tu escrito, sin concesiones, porque es àgil como bien lo decìa Ignacio. Y el final redondo, redondo...buen duende el tuyo. un abrazo marino.

    Por Blogger Joel Langarika, A la/s 7:33 a. m.  

  • Umm, que hermoso cuento!
    Que tierno!.
    Un beso

    PD: Te invito a publicar tus "confesiones", si?

    Por Blogger Rodolfo N, A la/s 8:39 a. m.  

  • ¡Realmente una mirada celeste!

    Se deleita el corazón con esta historia contada de trocitos de recuerdo.

    Un beso.

    Por Blogger Aristóteles, A la/s 12:41 p. m.  

  • Angelica: gracias por este regalo. voy a cerrar los ojos e ire a su encuentro

    Por Blogger JUAN, A la/s 9:57 a. m.  

  • Yo también quiero que alguien así aparezca en mi ventana. Saludos.

    Por Blogger Juan Enrique Vicuña, A la/s 6:10 p. m.  

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