miradascelestes

jueves, julio 15, 2010

Volver

Soledad emprende su viaje de vuelta a aquel lugar de donde no partió. En la maleta, cuidadosamente ha puesto las palabras, las imágenes, los sonidos, la perspectiva de lo mirado y de lo ausente, la tristeza, el olvido, la alegría y la desesperanza; las manos frías, el abrazo de deseo, la contemplación de la vida, la brisa húmeda y salada del mar y hasta la palabra obscena que en algún momento la hizo sonrojar. Un recuerdo de la entrega desmedida y ligera le impide por momentos cerrar la maleta pero la confusión es una premonición de que puede hacerlo. Abre la puerta.

En el metro, su reflejo en la ventana le comunica su apariencia y extrañamente se pregunta porqué no veía su rostro antes. Con pequeños movimientos recuerda el continuo parpadear de sus ojos, el desplazamiento de sus brazos y se da cuenta que su pelo ahora es rojo; con una pequeña sonrisa se acepta en su nuevo estado. El reencuentro. No puede apartar la mirada de ella misma y con fascinación se contempla. Otros cuerpos detrás de ella se reflejan también pero su nuevo encuentro ocupa su atención. Despacio abre su blusa dejando ver la piel blanca, suave y pecosa por el sol, sus hombros caídos y sus pechos ligeramente abultados sobresalen tímidamente. Se redescubre.

La calle es nueva y con ella otros seres le permiten amarrar su nuevo cimiento. El reencuentro le deja el sabor de volver a empezar con una maleta más que olvidar en algún rincón. Esta lista para sumergirse nuevamente en el espectáculo oculto de los adioses, de las sonrisas ajenas, de las miradas insospechadas y ausentes, en las incertidumbres y las certezas de los encuentros; esta lista para perderse en ella misma.

lunes, septiembre 29, 2008

Entre la tierra y el aire

Tierra, tú que me muestras el olor de humedad, que te resbalas entre mis dedos y me manchas. Que me diste el regalo de una lágrima mientras intentaba quererte, mientras intentaba hacerte cerca de mí. Tras las manos va la piel y tras de ti voy guiada por tu fertilidad.

Aire, tú que me traspasas como espada de doble filo, que te escondes en mi pelo. Que me robaste el aliento mientras gritaba un quererte, llévame sin alas, sin hilos que me sujeten… hacia ti.

viernes, julio 04, 2008

Historia con "ache"

- Hola
- Hola que tal?
- De donde eres…

Y así sucesivamente se fueron posando las palabras, los pensamientos, las emociones y la curiosidad de quienes coincidieron en un lugar en el espacio… La suma de soledades muchas veces da como resultado encuentros inesperados que marcan y remarcan el instinto de la compañía.
Por la cabeza de ella pasaba la idea del descubrimiento de un Ser que esté dispuesto a conocerla, que su valentía juegue con la de ella mientras intentan caminar juntos. La claridad de sus pensamientos le hace decidir mientras que su curiosidad le da el impulso…

Una primera mirada pasa por desapercibida ya que nada tiene que ver con el prototipo que ella ha pensado para sí: hombre atractivo (lo suficiente para que le guste a ella), mirada tranquila, pensamiento intelectual y juguetón, sonrisa amplia y mucha valentía. Para ella la valentía era primordial ya que en la última batalla la ausencia de ella, la dejó arrastrada y sucia mientras veía como se alejaba ese que amó a la distancia; así que juró mientras se recuperaba, que alguien cobarde no volvería a pasar por su corazón.

Una charla casi inerte y convencional cae sobre la tarde fresca de un domingo a finales de Enero. Las preguntas eran lanzadas más con el ánimo de escuchar la voz, el pensamiento y sentir la conexión. En ocasiones ella se abstraía de aquel que hablaba y mirando su alrededor (que lo incluía a él) se preguntaba si estaba en ese lugar desconocido aquel al que buscaba. Sonrió tímidamente volviendo a la conversación.

Los días y las noches pasan mientras para ella el mundo se le muestra con encanto y seducción; la invita a descubrirlo. Ella sigue en su búsqueda y un nuevo encuentro con él marca las ganas de piel. Nada que decir al respecto.
En su cama se pregunta por ese que acaba de dejar horas atrás y no encuentra la respuesta adecuada y piensa que seguramente llegará la respuesta pronto mientras se rinde al sueño de un cuerpo cansado de tanta pasión.

- Te lo digo así o así?
- (Sonrisa nerviosa)… así…

Hasta aquí ella dejaba que pasarán los acercamientos y el fluir de los encuentros; no quería conocer nada más de él, con su presente le bastaba pero en el momento en el que ella piensa en la falta que le hace su presencia, quiere emprender el viaje hacia él y sus entrañas…

- Cuidado! Es valiente?
- (Silencio)
- Lo suficiente?
- (Silencio)

No quiso responder a esta pregunta, tuvo miedo de la respuesta y sólo siguió y sigue…


Ahora los días son nuevos y fríos, y ella recuerda aquella lista que hizo en la soledad de la noche de fin de año, donde pidió a aquel que buscaba y se da cuenta que está enamorada mientras su consciencia le interroga:

- Valdrá la pena?
- (Silencio)

sábado, abril 26, 2008

Adios


Tu piel tibia me roza y mis ganas se llenan de ti.

Tu sonrisa con olor a cigarro, hace que mi lengua delinee tus labios.

Tus ojos enrojecidos me preguntan por qué me alejé de ti y yo te abrazo regodeándome en tu olor.

Tu cuerpo abrazado al mío me come entera mientras ya te imagino dentro de mi.

Tu morbo se desliza vistiéndome para ti y yo juego sobre ti.

...y aun así, después del momento en que te siento, cuando muerdes mi corazón, yo desvió mi mirada para no seguir mirándote conmigo.

jueves, marzo 20, 2008

Mientras sus gemidos retumbaban por entre las paredes del viejo edificio, en la radio, New York, New York de Frank Sinatra cantaba:
"I wanna wake up in a city
That never sleeps
And find I'm king of the hill,
Top of the heap..."

martes, enero 29, 2008

Leonardo

Una carta imaginaria es enviada en medio del tedioso cemento con olor a polvo gris. La rápida visita al aeropuerto trae de vuelta a aquel requerido entre líneas.
Ahora, se pasea por entre cada pensamiento mientras una compañía verdadera toca su alma. La sonrisa absurda de su presencia inexistente toca mi alma y quiero que se quede haciéndome compañía…
Bienvenido…
aquí siempre hay un espacio para ti y tu inexistente existencia.

martes, enero 08, 2008


Felipe golpea la puerta con timidez anunciando su llegada. Su silueta se dibuja en la ventana y sus ojos se esconden tras gigantes lentes que huelen a metal viejo y su aliento inunda el ambiente. Viene a defenderse de un ataque certero en donde su propia piel será pellizcada por los buitres y necesita pedir la clemencia de sus actos.
En el departamento el aire es pesado haciendo difícil el respirar mientras la voz gangosa me aturde con olor a cigarrillo y las nauseas se hacen insoportables.
Felipe vomita todo su argumento de inocencia. Su mano aferra un libro de leyes cuyas páginas están desordenadas de tanto mirar, lo agita al ritmo de cada sentencia argumentativa como si quisiera que su interlocutor cayera postrado pidiendo una disculpa. Un olor se hace característico cuando su piel es agua. En la radio una propaganda anuncia un medicamento contra la osteoporosis prometiendo eliminar el dolor y Felipe quiere retener el nombre de aquel medicamento pues le atormentan los quejidos de su madre.
El lugar donde nació Felipe es un frío y húmedo pueblo a las afueras de la gran capital, por lo que sus habitantes gastan todo su tiempo mirando a la ciudad pidiendo una oportunidad… de qué? ni ellos mismos lo saben pues quieren vivir en un futuro que no llega, olvidando construir en el presente y ahí es donde se encuentra Felipe, justo tratando de desenredar aquellos actos que quedaron el pasado y que vinieron de un presente en el que él mismo estaba ausente por estar anhelando el futuro.
Una canción de Elvis Presley suaviza la tensión haciendo que cada uno de los allí presentes escarbe en su corazón el recuerdo. Felipe ha terminado, cierra su libro de leyes y lo pone dentro de su viejo maletín de cuero y suspira dejando escapar su aliento de saliva seca que anuncia largas horas sin comer.
Tras de él se va su propia historia y yo sólo intento retenerlo en mi memoria.

viernes, noviembre 09, 2007


Una abrumadora rabia la rellena de pies a cabeza porque ella pensaba que todo lo tenia friamente calculado y bajo control. Su orgullo altruista se debate a lengua suelta con su ego herido y mientras tanto una lagrima rueda por sus mejillas quemadas por el sol mientras mira fijamente a un lugar sin tiempo perdido en el inmenso mar.

Que es?... fueron las palabras mal escritas en un mensaje de texto en que decia: "estas enferma no me busques mas" o quizas el hecho de que ese otro (atrevido) es su mas leal espejo. En el pudo ver lo enferma que es, lo obsesiva y destructiva.

Eso fue, recibio algo de si misma, el "espantapajaro" salio y le mordio el pico y el corazon.

Ahora ella dice: Estoy desesperanzada... si tal vez sea asi pero es que ella busca las cosas eternas en lo no eterno, en lo imperfecto... ella busca afuera de si algo que no es posible encontrar porque ella misma lo tiene dentro.

El sol se queda en su piel y la brisa continua refrescando aquel grito de vuelta cuando se queda dormida.

Otro encuentro que deja cicatriz...


jueves, octubre 18, 2007

El numero 100


El oceano trae con sus aguas frias el aire que despierta la inquietud de un sentir.

Mendigar la inocencia de un gesto casi perfecto

Mendigar la frescura de una frase mientras el instante se eterniza en la inmortalidad del tiempo.


Que es?

Acaso es la falta deprimente del reto de amar y destruir con las uñas aquella pared de cal?

O quizas es solo esta sombra que me carcome dulcemente desde atras.


Pesan los dias, pesan los ojos, pesan los sueños, pesa la idea de quietud, pesa el absurdo movimiento en zic-zac que se atreve a atravezarme, pesa un beso mendigado, pesa mi propia pesadez.


Con este son 100 pedacitos de mi publicados en el mundo de lo virtual donde soy vitutal y donde todos los habitantes son virtuales. Esta virtualidad me permite desconocerme y recrearme en mi propia insensatez cuando escribo. No dire Gracias... pero por todas aquellas personas que se metieron en mi corazon, en mi carne, en mi deseo, en mi cabeza y en mi razon; por todos los momentos magicos reales, virtuales, imaginados, lujuriosos y deprimentes; por los recuerdos, los olores, los sabores, las miradas, las manos y las palabras que me acompañaron desde el primer escrito... por todo y por lo que aun no esta y lo que no estara es que he llegado aqui.


Desde aqui para ti que me lees y me imaginas sentada frente al ordenador, sonriendo, llorando o simplemente placidamente escribiendo, un abrazo con tinte real dentro de mi realidad.

domingo, septiembre 30, 2007

Exiliada?

Olvidada?

Abatida?

Tal vez solamente en medio de un inmenso oceano de posibilidades que me trae con el viento los recuerdos.

Tal vez un pedacito de mi no quiere morir, tal vez me resisto a este nuevo aire, a esta nueva lluvia.

Nunca pense en decifrar lo infinito con solo mirar los ojos de un anciano, nunca pense descubrir la naturaleza de una piel que un no existe. Nunca pense estar tanto tiempo con mis propios pensamientos.

Mientras tanto las bocas mal cerradas gritan aturdidas en mi silencio. Me returce el corazon.

Quizas

solo este sintiendo que estoy viva.

jueves, agosto 16, 2007


Metete por entre mis dedos de los pies y sube delicadamente saltando por los poros erizados.

Metete por entre las mangas de mi camisa y saborea la piel calientita.

Metete despacito por mi ombligo y encuentra aquel lugar que un dia me alimento.

Metete rapidamente por mi boca antes de que mi garganta no te pase y grita conmigo.

Metete donde quieras y ayudame a terminar la construccion de mi propio ser.

domingo, julio 22, 2007

El Trozo de tela baila con el viento, la música la inspira la tonalidad de la contemplación y LUD intenta que sus pensamientos trasciendan el espacio donde hace su danza. Un encuentro casual cruje entre las mìseras palabras en otro idioma y un querer permearse se hace evidente.

Luego: Prohibido mirar hacia atràs,
Prohibido eun llanto,
Prohibido un latido de recuerdo,
Prohibida la sonrisa que se colgó en secreto y el suspiro sonoro.
Prohibida la privacidad y decir "no" o arrepentirse, o volver
sobre los pasos para volverlos a pisar o un llorar suplicante.
Prohibido sentirse quieto, reflexivo, ensimismado, atorado, confundido,
enredado.

De nuevo el piano me despierta y LUD inspira un cafe y estas palabras que me estaba prohibiendo... (en español)

domingo, junio 24, 2007

4 horas

Anoche dormí con un mosquito que revoloteaba sin cesar sobre mi cabeza. El cuerpo que intentaba abrazarme en otra cama me fastidiaba; su zumbido era peor que el del mosquito.
Todo empieza con el enredo de dos lenguas que se hablan desde años atrás; intento abstraerme del aliento alcoholizado y de la imagen deprimente que está enfrente de mí. Una mano huesuda cuyas venas sobresalen, se posa sobre mi muslo adolorido mientras pienso si la luz me da calor.
Pellizco las sabanas esperando un estallido de fuerza que provenga de mi verdugo; a cambio recibo una sucia, maltrecha y delicada caricia que por poco me hace vomitar.
En el espejo un gesto de descontento por el acto de autodestrucción cometido me asalta; perdida de tiempo y de sudor. Sus piernas me abrazan mientras busco la manera de huir de su dormir.
Suena el reloj que marca la hora acordada para la partida en medio del amanecer; pienso en todos los movimientos que no dejaban de surgir durante mi desvelada noche y me alegro de este momento. Se levanta con una sonrisa torpe e intenta despedirse en medio del vacío.
Parte.
De nuevo en mi habitación hago la cama como buscando borrar el instante en el que me dejé envolver y finalmente, en medio del silencio y con especial ansiedad puedo dormir 4 horas placenteramente.

domingo, junio 17, 2007


En un breve espacio en donde apenas puedo respirar recuerdo a un hombre que ágilmente mueve sus manos para atrapar las hojas que caen despreocupadas. El frío de la pared que roza mi abdomen me sugiere la sensación de querer tener algo que lo caliente mientras de mi boca sale un aliento.
Subo las escaleras rápidamente mientras los músculos se tensionan para no hacer trastabillar los pies. En el sur las calles están atestadas de personas que protestan por una cultura prestada que quiere apropiarse de lo que no le ha pertenecido nunca; en sus rostros se transfiguran arrugas que se mezclan con sudor y polvo. Las bocas secas siguen gritando y en mi boca sucede el más dulce deseo salival.
Durante mi estadía una mujer de 34 años me aborda confesándose detrás de una pared diáfana como descubrió el placer de su cuerpo mientras su esposo y dos hijos duermen placidamente todas las noches. En ella el deseo se apodera brutalmente pues sus ojos quieren descubrir aquello que se le es negado en la realidad. Debajo de la puerta, con timidez resbala dos fotografías donde aparece en su cama desnuda, aquella que la alberga en noches calurosas y en ocasiones solitarias. Siento su rostro sonrojado y escucho su piel que se eriza de solo saber que la observo.
Mientras camino por el pasillo largo e iluminado sale a mi encuentro aquel hombre que se hace a cargo de sus propias contradicciones; asombrosamente para mí esa idea me fascina. Será padre dentro de un par de meses con una mujer a su lado que le alienta a escribir. Me susurra que me ha escrito un cuento. Lo leo y me desdibujo en el. Sus letras quitan suavemente la ropa que cubre mi piel y hace que ésta levante su vuelo. Moriría en el fondo de un éxtasis de palabras. Amiga.
De nuevo en este espacio donde apenas respiro con una música que es parte del cotidiano pegado me grita el silencio que pregunta en qué estrella estaré y aun así cierro mi boca porque los sonidos despabilan el chillar de unos dientes.
La guitarra suena de nuevo y Olga toca la puerta con suavidad anunciándome de nuevo la sensación de la pared fría contra mi abdomen y el cuerpo que se pega detrás acariciando sin tocar nada. Sin hablar me estrecha. Te muerdo el corazón.
Me deslizo por entre la sombra de una historia que me dice que no habrá promesas, ni calor, ni agitación, sin cabellos desordenados, sin sabor a cuello. Prosigo colgándome a la imagen que se dibuja en una sábana. Con toda mi alma.
Y el resto? aun no lo recojo y por ahora lo que escribo es el diacronísmo de una vida que se despide y que devora rápidamente los días y los suspiros.

viernes, mayo 25, 2007

Sueño

Un ser largo, juguetón, despeinado, con barba y cabellos grises.
Flaco, manos huesudas y un tono de voz que siempre hace pensar que esta recién levantado de un profundo sueño.
Sus pasos son ágiles y despreocupados; de él siempre están pendientes aquellas mujeres que se encargan de servirle, su nombre… no lo recuerdo.
Vive en un cuarto a la entrada del hotel donde me hospedo por una noche y mientras salgo a llevar la ropa a lavar por $3.500 pesos el kilo sin planchar, él esta pendiente de mi regreso.
Es artista, aun no sé de que tipo, pero sus excentricidades me atraen en silencio. Cada vez que paso por su cuarto entreabierto, mis sentidos se agudizan para espiarle.
Regreso, tomo la llave del cuarto y continúo mi marcha.

El se ha dado cuenta de mi llegada, me sigue preguntando cosas sin sentido a las que respondo sin sentido y sin detener la marcha. Entra a un cuarto de baño donde se limpia los dientes y me grita:
- ya te alcanzo que quiero saber donde estas…-
Intento correr para que no sepa cual es mi habitación pero una sonrisa picara me asalta de solo pensar que me estuviera observando como huyo de su afirmación.
Se acerca y nos sentamos en una escalera a la entrada de un gran pasillo. Allí como chocolates rellenos de caramelo liquido que he comprado no se para quien. Me pregunta preguntas que aun no tengo la seguridad de contestar; su espontaneidad me hace reír visceralmente.

Es hora de irme e imperiosamente él me acompaña. Antes de llegar a mi habitación lo distrae el televisor sintonizado en un partido de fútbol, yo entro y le dejo la puerta entre abierta. En la ventana contigua una mujer me habla de su aburrida vida sexual; aun espera que su príncipe azul llegue de Italia; mientras tanto, el hombre largo se cuela en mi habitación y sus movimientos me ponen algo nerviosa. Escucha la conversación con la mujer de la ventana mientras yo le sigo con la mirada y mis manos arreglan la ropa sucia.
Una cámara fotográfica llega a mis manos y pido a la mujer me deje hacerle unas tomas mientras mi invitado se acuesta a mis pies enredando su largo cuerpo y sus manos ascienden por entre mis piernas.
El cuerpo se estremece ante tan insolentes y groseros actos, mientras la mujer me regala su sensualidad escondida y recatada.
Recostadas sobre el agua, las dos somos provocadas por los incontrolables actos saltarines de un ser que se enreda en nuestras lenguas mientras las cabezas ruedan flotando en el agua y el cuerpo eriza la tranquilidad del viento. Luego ella, sola, nada por entre las ramas y hojas; yo le observo desde arriba y un grito rompe el instante.
De nuevo de pie.

martes, mayo 15, 2007

El sonido de los cubiertos contra los platos rompen el infinito instante en el que estoy posada sobre el rostro del que hasta ayer me miraba regalándome el ensueño entre su piel. Perdida, vagando entre lo que fue y lo que pudo ser, me arrepiento de no insistir. Un pedacito de su aliento se queda atorado entre el pensamiento y mi sentir mientras un abrazo termina la faena del encuentro.

Perpetuas miradas se estacionaron en los techos de las casas, en la gente que trata de ganarse la vida robando, cantando, gritando, andando. A lo mejor quedarse dormido en la acera donde la gente ya te ve como parte de un paisaje, es más gratificante que ser una estatua gorda llena de palomas. Quizás será mucho más alegre hacer chillar los dientes mientras miras el rostro de esa mujer a medio vestir intentando una sonrisa dibujada.

El agua intenta limpiar la inmundicia que se posa alrededor y sin embargo su trayecto es triste e implacable con la ausencia de naturaleza. La ciudad se extiende para evitar los encuentros, un lugar imperfecto para querer unirse, un lugar impertinente que no deja que las palabras lentas surjan en medio de la rapidez.

Donde empieza la danza de los fantasmas? Justo cuando los ojos se cierran y la respiración se entrecorta mientras el nudo arremete en la garganta. Un “botón” de encendido sin opciones de apagar, porque el manual de instrucciones en este caso ha caducado, se mete en las entrañas hasta que carcome las ganas. Lo invalidamos. Ahora estamos en medio de un cielo que nos arropa, en la soledad de un vagón y la nocturna noche rasgada de imágenes amarradas con el más sutil de los lazos.

Ahora tus pasos se desplazan al revés, recordando los que te pusieron cerca de mi respirar y una oportunidad es suplicada en el más espantoso silencio, allí donde el grito retumba. Grito al que no se le permite existir, pues su nacimiento destrozaría el alma. El corazón calla mientras escucho tu voz.



Para siempre, un abrazo para siempre. Sellado con un beso. Sellado, para siempre sellado en la estación…

lunes, abril 30, 2007

Sumergida entre las paredes blancas
de donde péndula una fotografía del instante
en que por primera vez sintió a su apéndice vivo,
Ana cruza una pierna por encima de la otra
para continuar oyendo su voz propia
y ajena.
Se ríe y tambalea de un lugar a otro con un vaso de vino a medio llenar.
Un sorbo humedece las palabras y las ganas.
El eco de la habitación hace que se escuchen los más íntimos
sonidos hechos pensamiento
y la cálida noche hace llover gotas de sudor
que resbalan por la espalda.

Un solo instante,
silencio.
Los ojos brillantes se posan y la boca
se abre para decir: Aquí estamos nuevamente.

martes, abril 24, 2007

Estos son algunos cuentos que me gustan... a la ausencia de palabras propias, salen al rescate las ajenas...

FUNDICION Y FORJA

Todo se imaginó Supermán, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.
Jairo Anibal Niño


INSTRUCCIONES PARA LLORAR

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Julio Cortázar


LA SENTENCIA

Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del Emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó a buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron: Cayó del cielo.Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó: Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.
Wu Ch’ eng-en

DE SUEÑO.

-No soy un hombre real. No soy un hombre como los otros, un hombre con huesos y músculos, un hombre generado por hombres. Yo soy –y quiero decirlo a pesar de que tal vez no quiera creerme- yo no soy más que la figura de un sueño. Una imagen de Shakespeare es, con respecto a mí, literal y trágicamente exacta: ¡Yo soy de la misma sustancia de que están hechos los sueños! Existo porque hay uno que me sueña, hay uno que duerme y sueña y me ve obrar y vivir y moverme y en este momento sueña que yo digo todo esto. Cuando ese uno empezó a soñarme, yo empecé a existir; cuando se despierte cesaré de existir. Y soy una imaginación, una creación, un huésped de sus largas fantasías nocturnas. El sueño de este uno es tan intenso que me ha hecho visible incluso a los hombres que están despiertos. Pero el mundo de la vigilia no es el mío. Mi verdadera vida es la que discurre lentamente en el alma de mi durmiente creador.
Giovanni Papini

miércoles, abril 11, 2007

Las cuatro paredes hermosamente adornadas le permitian moverse infinitamente dentro del límite. Afuera, el asfalto se derretía en mil formas para dejar caminar a los osados.

miércoles, marzo 14, 2007

Date cuenta que la mano nos alcanza y con sus uñas nos rasga la piel haciendo brotar la entrañable estreches del delirio. Despierta ante el grito que se escucha arrancando las falsas tonalidades que se dibujan en el cristal microscópico de una piel pálida y sin vida.
De un extremo al otro caminas buscando algo que no encontraras afuera, algo que aun no es verdad porque no ha sido nombrado por tu propia voz.
Date cuenta que está la sombra asechando constantemente; donde está la luz, está la sombra, ella perfecta y constante compañera olvidada que muestra sus dientes en la furia de la batalla con tu propio monstruo.
Cierra los ojos y percibe la monotonía milenaria de una evolución que aun no quieres sentir y delicadamente mira como tus manos se arrugan y entumecen mientras tu corazón se seca.
Y ahora?. Sólo queda el silencio que se amarra a una estrella fugaz para estallar en algún lugar del espacio mientras te conviertes lentamente en una amorfa figurilla… y así mueres mientras yo te espió desde adentro, mientras yo te pellizco para que no me dejes morir.

viernes, marzo 09, 2007


El despertador resuena odiosamente en el pequeño espacio donde apenas DI puede moverse. Sus piernas están entumecidas por la posición fetal que adopta toda la noche; en su espalda se dibuja la aspereza del catre casi deshecho y en un esfuerzo ya cotidiano levanta su impecable brazo para correr la cortina y contemplar el cielo que le dirá que ropa ponerse. En la calle la gente pasa atendiendo el sonido de las campanas y arrastrando los pies cada uno lleva su pesada cruz.
-Otro día más en el que debo dejar mis sueños colgados en la almohada mientras tú sigues durmiendo- reprocha en voz alta haciendo un rápido movimiento que la deja desnuda frente al espejo y mientras se muestra sus propios dientes y contempla despacio su figura pálida y un poco delgada los puños se cierran para no gritar.
En la alacena migas de pan ya duras forman parte de paisaje. Se da cuenta de que no tiene hambre.
La cama esta aun desecha en cuyas sábanas se entrelaza el cuerpo que allí yace perezoso con la piel delicada añorando el abrazo que le sostiene durante la noche. Las paredes húmedas tartamudean cuando el calor de los cuerpos no dan tregua.
Dos casas más abajo, entre el andén desajustado y el jardín se encuentra una alcantarilla de donde salen aquellos pensamientos convertidos en asquerosas cucarachas rastreras; DI se estremece de ternura de solo pensar que sus más dulces sueños están resguardados en una fría y metálica cajita de galletas.
A DI le cuesta caer de espaldas y ver las estrellas que normalmente la acompañan en el camino nocturno de dos horas y aun así sus pies la traicionan obligándola a parar en medio de la marcha prolongando el ansiar de su habitación de donde sale cada día en un impulso cotidiano y de supervivencia.
La música suena para que el silencio no le muestre su descontenta, absurda y voluntaria existencia; una tregua se dibuja en la cocina; un café, un pan y una cucharada de azúcar la tranquilizan mientras somnolienta se pierde entre torbellinos de luces blancas que le recuerdan que sus sueños están esperándola en la almohada.
De nuevo el despertador suena y DI vuelve a soñar.

lunes, febrero 12, 2007


A veces, en medio de la esperanza pienso que el esfuerzo es parte del andar y tartamudea entre las ventanas que tiemblan por el paso de los autos a toda velocidad, el ansiar de que aquellos revisen minuciosamente sus propios actos. Envuelta entre la isla desierta en donde no he aprendido a decir NO, me pica la inmadurez pintada de arco iris para que no se despierte el conflicto; voy entre sonrisa y sonrisa, entre mirada ausente y mirada presente, entre el roces y gritos imaginarios, entre medio verdades en medio de medio mentiras.

Son pocas las veces en que el triunfo acaricia el nerviosismo innato devolviéndome la esperanza de que piense que el esfuerzo es parte del andar.
Otras veces sólo escarbo con pinzas la basura arrojada para encontrar aquello que se les olvido guardar, aquello que se les olvido conservar.
Y siempre los ojos estarán abiertos a la ventana que me permite ver el mundo sintiendo la envidia del amor, de la pasión, de la cordura, de la estupidez, de la agonía, del olvido… del presente….

sábado, febrero 03, 2007

Cabellos blancos


Los pies se arrastran pesadamente por el suelo y sostenida apenas por un bastón intenta recordar cuando estaba viva.

Llueve y las gotas sacuden bruscamente la arena de las calles; en las paredes, carteles pegados con cola barata anuncia un rostro numerado sugiriendo una alternativa de cambio; en la radio repiten sin parar “Misael Pastrana, Presidente!” y el pueblo donde vive Lulú esta atestado por fieles conservadores de la tradición mientras ella se revuelca las entrañas por gritar
LIBERTAD.
Lulú anhela día día que sus ojos se posen más allá del atrio de la iglesia y decide, a escondidas (porque en ese tiempo las mujeres no podían pensar y menos decidir) un escape que le permita desatarse del lastimero espectáculo de sus contemporáneas sumisas a la tradición irrevocable de un sin fin de maltratos y marginaciones.
De donde le nacen las ganas de volar? Escucho muy atentamente su relato y la piel arrugada intenta recordar la emoción de sentirse viva.

Lejos de su pueblo y en medio de rostros pálidos llega Lulú abriéndose paso, intenta ser fiel a su propia bandera. Una caja mal amarrada, un sombrero de paja, un vestido de colores relucientes y una loción barata, la acompañan en la travesía. En un pedazo de papel la dirección de referencia que, de seguro le reafirmará su intento de sentirse por una vez en su vida y para siempre, que es capaz de cambiar su propia historia.
Su nuevo refugio huele a madera añeja y brillada con cera de tercera; el piso cruje al poner sus pasos y una sonrisa eterna (eterna porque para ella será así) le extiende la mano y le da las indicaciones.
Todas las mañanas se levanta muy temprano, enciende la estufa con la leña que recoge o compra en el mercado cuando es invierno; con orgullo atiende y destiende, hace y rehace con la alegría de que ha empezado una nueva vida y en las noches, cuando los grillos la acompañan para arrullarle, Lulú piensa que esta apunto de gritar libertad.
En donde se quedó su grito? Los ojos le tiemblan mientras casi dormida, cansada y con aroma a viejo sonríe para ocultar decirme que se quedo atorada en medio del intento, que las letras que conforman su bandera se desvanecieron con cada año que pasaba al servicio de una gran familia y que ahora que esta muerta, recordando cuando estaba viva, ya no tiene voz para gritarse que se traicionó.

viernes, enero 26, 2007

Las hojas secas marchan al ritmo de viento que las arrastra por la polvorienta callejuela mientras ella atraviesa la ciudad.

Un saludo casi espontáneo la sorprende en medio de la espera y el olor de quien la asalta se infiltra por entre sus deseos; le mira detenidamente mientras él habla de su hazaña; se detiene en su boca que se abre para hablarle, en sus dedos que sin querer acarician las hojas del libro que manipula y ella se estremece. Por instantes piensa que la piel es frágil y que una mínima distancia la separa de rasgarla.

Entretenida entre las luces que resbalan por el pavimento húmedo siente el hierro con el cual está forjada y que ha sido escudo fiel de encuentros inesperados; valiente y orgullosa se pavonea exponiendo su armadura. Detenida se resbala en la cascada de la lentitud; lenta la subida, lenta la palabra, lenta la angustia, lenta la sonrisa, lento lo impredecible.

Respira poco, la atmósfera se entrecorta por la falta de calor, ahorra su aliento para el momento justo; mientras tanto le prestan el aliento con el que puede moverse extemporáneamente sin importarle. Guarda, reserva su propio ardor para el momento en que las hojas dejen de correr por el viento y ser ella viento para ellas.

El estado infantil con el que cada mañana se despierta le hace dar su mejor paso hasta que un reflejo casual le haga mirar como un adulto; después el atardecer le mostrará su estado de oposición y allí, en la noche, toma entre sus manos un corazón pálido y como una esponja rebosada de jugo bebe su néctar despedazándolo delicadamente con los dientes. Se alimenta.

Lentamente es arrastrado el tiempo en el que ella fluye, rueda su cabeza por entre la ciudad, entre las montañas y entre las estrellas que le arrullan. Su alma es perfecto lienzo que esta apunto de ser pintado, quiere pinceladas como teclas de piano que se deslizan entre los dedos, quiere colores como el atardecer que anuncia su partida en luna llena…. y yo sigo mirándola.

viernes, enero 12, 2007

El tiempo anidó

El calor se pega a la piel mientras sus ropas se humedecen dejando al desnudo su ansiedad. Su cráneo esta despojado de algunos cabellos que disimulan el paso del tiempo mientras resbala una gota de sudor. Contempla la puerta de salida del lugar donde trabaja como una esfinge que ha estado por años sembrada, fiel vigilante. Todos los días durante casi 30 años sus pasos se dirigen a este lugar y el paisaje es lo que cambia a su alrededor. Dentro de su memoria el tiempo anida y el repertorio de movimientos, palabras, miradas y suspiros están listos para continuar con el espectáculo. Su vida se desmenuza con el olor a oxido que se disimula.
En su cotidianidad jamás podría imaginarse que un ser como Tomás podría hacerle espantar de miedo. Éste le miraba fascinado de saber que, en este caso, él era el que había crecido.

– Tiene muchos años trabajando en este lugar, no es así? - le ataca Tomás.
Suavemente asiste con la cabeza, mostrando su fragilidad oculta.
- Mire Ud.- continua Tomás con un aire de felicidad como si hubiera hecho un gran descubrimiento arqueológico - yo tengo 29 años y Ud. forma parte de mis recuerdos infantiles…-

Aquel desconocido se atrevía odiosa y despiadadamente a sabotear sus actos silenciosos; no comprendía cómo Tomás le expresaba su alegría hiriente.
Intentó fallidamente quedarse en silencio, sumergido en su furia, buscando dibujar la sonrisa que utilizaba en caso de atentado contra su propio ser, pero en un acto de traición no pudo hacerlo. Se abrió un gran abismo entre él y Tomás.
Hoy está sentado frente al mostrador que lo vio crecer, dejando caer sus carnes mientras de sus ojos brota la mirada pesada, encorvada, delgada y olvidada de su propia imagen.

sábado, diciembre 30, 2006

Pintura de Valeria Dimitrova

Un encuentro se cuelga en la madrugada después de varias decenas de días en los que ni una palabra los unía. Un abrazo selló aquella distancia haciendo que los recuerdos se convirtieran en presente y su lengua se quiso enredar entre sus dientes. El asalto inesperado sumergía los dedos en la piel buscando la humedad y los espasmos se posaban en sus miradas. Son movimientos nuevos los que se retuercen en una postura incomoda. Contra la pared, de una puntilla resbala su falda mientras sus piernas se abren delicadamente. El tiempo desaparece y el impulso se hace en sus manos que rozan las ganas de un ritmo apresurado. Las gotas de sudor se confunden con la saliva que es dejada en la piel.
Un néctar se fabrica con la paciencia de los actos firmes y la ansiedad de tragar un instante se avecina mientras los espasmos, los roces, y los mordiscos se abren paso ante el deseo.
La sonrisa de un instante de complicidad es declarada en silencio.

viernes, diciembre 22, 2006

Las luces titilan incesantemente aun cuando están apagadas y en la memoria quedan sus destellos; alrededor de ellas se extienden sonrisas que esconden lágrimas y deseos de no recordar.
Un nombre apropiado para esta historia sería puesto sin el imaginario de la vida de cualquiera de los mortales que me rodean; deambulo por las calles que se atestan de gente cuya mente y corazón están en todas partes. Un ataque de seguridad les invade. Voy buscando un nombre que me acompañe mientras éste ve como desmenuzo su propia existencia. Espío horizontes y reversas en donde un ser se ha quedado en medio de un desierto respirando un perfume fresco.
Teh llega despacio y sin hacer ruido, cada movimiento es sutilmente calculado y planeado. Su ansiedad de tragarse el mundo le pone en un estado de eterna felicidad aparente. Comprende que debe atarse a algún sentimiento o suceso que le permita recordar. Toma entre sus manos la tierra que pisan sus pies y agradece su estancia.
En el techo un animal camina evadiendo toda ley de gravedad; Teh piensa por qué él no puede hacer lo mismo; qué es lo que le hace arrastrarse por el suelo? Una llamada le saca de la agonía.

- tic- tac; se acaba pronto el tiempo… estas listo? – su corazón late fuertemente al escuchar estas palabras despiadadas. El tiempo para Teh era un fenómeno repulsivo.; sus manos empezaron a temblar como una frágil hoja a punto de desprenderse de su rama. La pesadilla apenas comienza, es un sueño lleno del temor de escuchar otra voz.


El ser humano tiene la defectuosa y agradable manía de evadirse para la comodidad y defensa de él mismo; pero lo que no sabe es que huye de si mismo en una carrera interminable por no reconocerse. Recuerdo una hermosa frase que me hizo suicidar… “…Estoy buscando el rostro que tenia antes de el mundo fuera hecho”; de quién? aun no he podido recordar quien fue el causante de tan semejante encuentro. Valientes aquellos que pueden desprenderse de la propia imagen saturada de emociones que exprimen el corazón, valientes aquellos pueden no pensar.
Teh camina hoy entre la multitud que me rodea y de vez en cuando me mira de reojo o por el reflejo de una ventana o espejo; entre sus dedos le cuelgan los esfuerzos convertidos en dinero que alegrarán un instante y dentro de sus bolsillos lleva la mísera imagen de él mismo disminuida a un llavero del ultimo modelo de automóvil.
Feliz navidad….?...

viernes, diciembre 15, 2006

En la habitación, Sol se encuentra con unos brazos débiles y confundidos que la abrazan saludándola; en la pared, en un pequeño cartel escrito dice: “sensilles y pureza”. Esa falta de ortografía no la deja concentrarse en la conversación. Está sentada frente a unos brazos débiles de cuya boca salen como disparos palabras gritando. Sol le escucha pero sus oídos se posan en otro lugar del infinito y sus ojos solo ven la danza de unos labios que se abren y cierran al unísono con movimientos pequeños de manos.
Se le encoge el corazón.
Sin distraer a su interlocutor, se quita los zapatos que trae puestos y en un acto de suicidio a la tibieza de su pie, lo arroja contra el piso frío y fresco; un corrientazo le hace volver a escuchar las palabras bruscas.
En ella la ambigüedad de pensamientos le distraen mientras acaricia su propia cabeza recostada en el sofá. No sabe si preferir un corazón encogido y en silencio o un suspiro en la piel; mira a su interlocutor en silencio y decide…
-Debo irme- dice mirando de reojo la palabra mal escrita en el cartel puesto en la pared.
El la mira en silencio.
Sol baja las escaleras y en acto de insoportable levedad deja caer un sentir que no quiso nacer; aprieta sus puños y dientes y cuando la brisa de la noche rozan su rostro, una sonrisa se dibuja casi mecánicamente.
Por la calle se lanza al abismo de luces que le enceguecen y mira un cielo oscuro donde la luna le ha reprochado su delicadeza con las estrellas.
Más adelante, se sienta en la desierta barra de lo que parece un bar; aun no sabe porque sus pasos la han puesto en ese lugar. Se acomoda en la incomoda silla en donde sus pies quedan colgando en el aire.
Se mira al espejo que está en frente.
Alguien que se acerca con rapidez la violenta diciendo: - Que gusto me da encontrarte, cuéntame de tu vida, mira que yo había estado buscándote porque…- Sol le grita en su mente que se calle, que tiene un aliento a hierro oxidado y que las gotas de saliva que salen de su boca le hieren la piel!!; nuevamente de su cara sale la mecánica sonrisa y ahora es ella la que empieza una danza de movimientos de labios y manos. En ese momento Sol deja de existir para ella misma, se entrega a la conversación absurda y sin sentido con un extraño con el que no quiere estar; pasa las horas y prefiere hablar y hablar para no pensar que está perdiendo el tiempo.
Estornuda.
-Debo irme- dice y recuerda al mismo tiempo que hace unas horas atrás había dicho la misma frase.

Nuevamente está en la calle donde se siente más segura porque allí el compromiso de hablar con alguien que no quiera se evapora.
Ya, en su cama, recorriendo las sabanas frías con sus piernas desnudas, Sol se da cuenta que se siente sola porque no quiere compartir su soledad y se queda dormida mientras sueña que su soledad yace colgada de un árbol.

Estornuda.

viernes, diciembre 08, 2006

“Podrías ser tu compañía cuando las estrellas se apagan”

Su inocencia hace temblar el tejado donde esta sentada con sus piernas al desnudo. Sus movimientos casi infantiles producen en la mirada que se excita, un cosquilleo de posesión y de juego. Sus cabellos caen lisos sobre su delicada piel; esa que se abrirá ante las sensaciones de otra piel. Estira sus largos brazos formando un arco de destellos que atrapan y una sonrisa pícara hace brillar la noche.
De este lado de la calle rostros pálidos se posan en un vaso de licor y los pies que van tras la danza de una tonalidad mal hecha. Palabras y suspiros añejan el vino que emana el silencio del instante; y sin embargo espío por la ventana abierta a ese ser que me da las llaves para escaparme con su ingenuidad.
Siento la belleza desprevenida de una flor abriendo al sol de la mañana y entre mis piernas se acarician cuidadosamente la ansiedad y la madurez. Su cuerpo, aun con pequeñas gotas de agua, se mete en mi piel; anhelo su aliento, ese fresco aliento que no se impregna de la estupidez que nos rodea…
De regreso a casa me traigo su imagen pegada en mis ojos, y cuando me harta la incomprensión de mi existir, delicadamente le pido a ella que me refresque con sus movimientos.

miércoles, noviembre 29, 2006

El jugador

- B-10…I-25…O65… - Revisaba cuidadosa pero confiadamente sus cartones de juego mientras un cigarrillo se consumía entre los dedos. La ceniza caía desordenada en el viejo cenicero de madera roído por la humedad.
- N-36… - N-36!! gritó sin la menor vergüenza de su voz, esperaba aquella combinación ansiosamente para no sentirse derrotado. Se acomodó en su silla y empezó a repetir copiosamente combinaciones de números y letras en su cabeza traduciéndolas en pequeños susurros cuando la chica anunciaba la próxima jugada. Enciende otro cigarrillo y con espíritu de triunfo toma un sorbo de cerveza.
Un poco más arriba de su mirada, al otro lado se encuentra alguien que le observa por entre las rejas que divide la calle del lugar donde se encuentra. El observador posa su fija mirada en el juego del jugador haciendo que éste se sienta amenazado y amedrentado.
El jugador con su cuerpo intenta cubrir su juego, pero el observador es más astuto y estratégico logrando con pequeños movimientos el ángulo perfecto para intimidar.
El jugador deja de escuchar la vocecita dictando la combinación de números y ahora en su cabeza se establece un constante diálogo con él mismo para ingeniarse la manera de desviar los ojos del observador.
Su cigarrillo se ha apagado por completo y la sola idea de que tiene que levantarse a conseguir un cerillo para encender el próximo, le estremece. Se pasa desesperadamente las manos por su cabeza, desordenando su corto pelo engrasado; ya no sabe en que tiempo está del juego y su cigarrillo se ha apagado por culpa de un intruso observador. Quiere gritarle y hacerle ver hasta donde ha llegado su osadía pero ni siquiera puede mirarle a los ojos.
Una camarera se acerca para cambiar su cerveza y nota el sudor pálido del jugador y su incomoda postura.
- Esta bien Ud. – Le pregunta sin preocupación. El la mira rápidamente y después de un instante de cavilación y entrecortando las palabras le dice:
- Aquel que está en la ventana no me deja jugar - mientras decía estas palabras un sonido extraño sale de su boca; sus dientes crujen.
La camarera, mirándolo con cierta compasión y con un tono casi desprevenido, como si las palabras que estaba a punto de pronunciar fueran un viejo guión aprendido de memoria le dice: - Allí, en esa ventana no hay nadie más que su propio reflejo, le recuerdo que estamos en el piso décimo. –
- … G-57… -