miradascelestes

viernes, septiembre 08, 2006

Por ella...

La vida da un giro alrededor de un sólo círculo en el que normalmente estamos agarrados e impregnados del momento en el que sentimos que vivimos o que morimos con sólo una mirada o un aliento. Nuestras propias historias forman el legado de imágenes y sentimientos que nos atan ferviente y fielmente a los recuerdos.

Su vida apenas encuentra una felicidad llamada distancia, en donde un océano de posibilidades se dibuja y se deshace; donde la paranoia de quienes no creen en una sonrisa se hace evidente con un roce y sin embargo su fe le restablece. La música que le trasmite aquella que lo acompaña le embriaga y le permite existir; su danza le da movimientos nuevos y su agua le baña todos los días. Por ella camina; por ella la luna le sabe a miel y los rayos de sol son gotitas de rico almíbar de frutas. Hace que su sangre bulla cuando su piel le aprieta contra la de él; infinitos olores le traen sus te quieros. Por ella siente que puede ser solitario sin lanzarse al vacío y que la ausencia le arrulla con sus besos.

Por ella ahora está aquí, en medio de otro lugar completamente ajeno a su sentir y a sus recuerdos, esperando que el viento le traiga sus palabras.

En el otro lado de la ciudad, espera la multitud con la luz sobre sus ojos y el escenario está apenas lleno con algunos instrumentos calientes aun. Murmullos se posan al azar en los oídos de él. Las risas amplían la incertidumbre de la espera. Cabezas imaginan las notas musicales mientras él continua contando su propia historia para que no muera, para que continúe prevaleciendo en él mismo; es el único hilo que le sujeta.

Las luces pronto se apagarán y con ellas el murmullo ansioso – inclusive su propia voz- sus manos se agitan y mientras vomita palabras, su pensamiento se refresca en lo que ella le susurró al oído durante 15 segundos. El instante presente pasa y es allí donde decide sembrar el recuerdo, ese que en unos años contará añorando tenerlo nuevamente en la piel.

Música, calle, frío, luz, soledad, quietud, sonrisa prolongada (casi dibujada), palabras sueltas, miradas espiando, abrigo, sombrero, pasos, suspiros y mucha espera.

5 Comentarios:

  • Pero que representación la que nos cuentas. un trayecto cotidiano, cargado de vida. Tienes una imaginación de dientres y lo mejor es que logras articular con mucho sentido esa vida masculina, que incluso a aquel presonaje que nos cuentas -yo creo-, ni el mismo sería capaz de contar su propia historia, como lo haces tu por él.

    Eso si me queda una pequeña duda.
    ¿el existio o reside en tu mente?

    Un fuerte abrazo querida amiga. No me cansare de decirtelo, escribes muy lindo... me encanta tu forma y fondo de ver las cosas y eso me identifica contigo muchisisisimo (como el chavo).

    Nos estamos leyendo

    Por Blogger Andrés Asenjo Morosetti, A la/s 12:11 p. m.  

  • Profundo escrito. Me ha gustado como proyectais los sentimientos del personaje.
    Lindo como todos vuestrps textos, en serio.

    Saludos.

    Por Blogger **kadannek**, A la/s 5:07 p. m.  

  • Quien sera aquella persona, que describes con tanto detalle sus sentimientos? Ah de ser alguién, que debes conocer muy bien. Me gustó muchísimo tu relato.

    --

    Por Blogger Sólo Adán, A la/s 8:13 p. m.  

  • hola Angélica, habia perdido tu rastro...ahora vuelvo y me encuentro con tu blog que siempre tiene relatos interesantes, en este caso diría que los recuerdo se alimentan de nostalgias y de amores fugaces...
    Saludos reencontrados:)

    Por Blogger CARLOS ARTURO GAMBOA, A la/s 10:04 a. m.  

  • Yo, me quedo con el último párrafo. Es mío... porque... Puedo hacerlo mío ¿Verdad?

    Muchos besos para ti.

    Por Blogger Aristóteles, A la/s 1:10 p. m.  

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