miradascelestes

sábado, enero 28, 2006

Un instante

Mientras esperaba, afuera la ciudad apenas se despertaba húmeda por la lluvia que cayó durante la madrugada. Un sonido de tres tonadas la sacaba por intervalos de su ensimismamiento. Junto a ella estaban otras vidas que se amontonaban en ideas efímeras. Recordó que días atrás, mientras su consciencia daba vueltas en la cama para conciliar el sueño, notó que sus ojos se cerraban sin control. Eran tan pesados sus párpados que se entregó por completo. Su cuerpo de vez en cuando daba pequeños espasmos mientras caía en el inevitable remolino. Voces le sonaban en la cabeza en un dialecto apenas perceptible a sus oídos. En su sueño se veía en un largo pasillo blanco, sentada comodamente y desnuda en frente de una ventana. La sensación era cálida y segura, sus manos eran suaves y delicadas, sus muslos fuertes y relajados y notaba como su vientre subia y bajaba cada vez que inhalaba y exhalaba. En el otro lado de la ventana solo pidía ver las pequeñas nubes que daban su espectáculo de formas en el firmamento azul. En su rostro se dibujaba una sonrisa.
Volvió el sonido de tres tonadas a sacarle de su recuerdo placentero y el grito de un niño llorando la trajo de nuevo a la realidad. Seguia su turno...

lunes, enero 23, 2006

La Red

Me atrapo en la red tejida con horas que no acaban.
Me atrapan los rayos de sol que caen sobre la piel.
Me dejo atrapar por las miradas perdidas de quienes se cruzan en el camino.

Te atrapo en el pensamiento, en el instante donde la sonrisa se escapa.
Te atrapa el abismo que hace la ausencia de palabras, el andar sin dueño.
Te dejas atrapar por el aire que traspasa tus sentidos y te hace traspié.

Quedarse enredado en la dulce red que tejen las horas, los rayos de sol, las miradas perdidas, la sonrisa pícara de un recuerdo, el abismo del vértigo y el trapié que nos da la posibilidad de ver de abajo hacia arriba.




domingo, enero 15, 2006

Escuchar atenta las palabras que llegan por tu labios, por tus manos, por tu mirada.
Mirada que me esculca y me desviste y me vuelve a vestir.
A vestir con en anhelo de un momento que esta en el pensamiento.
Pensamiento que se empieza a tallar y que arrulla una sonrisa timida y nerviosa.

Estar, desaparecer, caminar, volar, arrastrarme, mirar atrás.
Dormir, despertar, descubrir y ocultar.
La tormenta empieza a calmarse y ahora solo llueven gotas de rocio que se posan en mi frente... Aqui estoy esperando que me abras la puerta...