miradascelestes

viernes, septiembre 30, 2005


-Yo escribire un cuento para ti, para que dejes de visitar el reino de los duendes y te unas a mi, con tu imagen de duende sin palabras queriendo escapar por las raices de los arboles más grandes del bosque.- le susurro al oido mientras duerme.

Pero lo que aun no sabe aquel duende es que un dia se atascará de tanta prisa que lleva todas las noches, le gusta correr en la obscuridad y no sabe lo peligroso que es porque un dia, sin pensarlo quedará engarzado en una raiz que le hara caer... si caer! pero no a un lugar donde se estrellará sino a un lugar sin espacio, sin tiempo, sin siquiera la curva de tiempo y espacio estará presente en su caida. Caer en ese lugar es una entrada que no tiene salida porque es un lugar que no conoce el retorno, es un abismo que no conoce la fuerza centripeta ni la centrifuga que hace que se equilibren los cuerpos.

Ya estas cayendo, es inevitable el vertigo. No te marees, mira el cielo azul que esta sobre tu cabeza, es la unica salida de aquel lugar. Mira la nubes que pasan y encuentrales todas las figuras que puedas. Te sentiras mejor.

jueves, septiembre 29, 2005

Una imagen para reflejarse


La imagen del espejo ya no tiene alientos, no puede respirar, siente que va a desmayar si alguien no le da la mano. Solo anhela poder descansar en la noche cuando aquel que hace posible su existencia duerma. El transcurrir de la vida de la imagen del espejo es un mundo sin luz propia, siempre se la prestan las ventanas llamadas espejos por donde tiene que asomarse cada vez que aquel que hace posible su existencia se quiera reflejar.
La imagen del espejo piensa sentado en una acera de la fria ciudad que su trabajo es inutil, lo compara con el de del hombre llamado Sisifo condenado a subir por una empinada montaña una roca gigantesca para luego dejarla caer y él volverla a subir... interminable...
En su trabajo tiene que estar corriendo, pendiente de aquel que hace posible su existencia, de donde se quiere reflejar; en una ventana de autobus, en la vitrina de una tienda lujosa. Piensa porqué él no ha sido albañil o un simple carpintero, quizas un vagabundo sin rumbo. Deja sus fuerzas colgadas en el perchero de su casa.
Como él hay muchos y muchas que corren al encuentro por las ventanas llamadas espejos con aquellos o aquellas que hacen posible sus existencias, esos seres que no se dan cuenta de su creación, para ellos solo existen ellos mismos, no se dan cuenta del paralelismo de su mundo con el que está detras del espejo y que sin ellos no podrian verse a ellos mismos.
Un día la imagen del espejo se leventa antes del amanecer, toma las fuerzas que dejó la noche anterior colgadas en el perchero y sale de paseo. Será un paseo eterno, no volverá a correr tras las ventanas para encontrarse con aquel que hace posible su existencia. No le importa si muere, si su cuerpo se desvanece, será su decisión... por fin una decision autentica! Para el autobus y se pierde en el horizonte azul. Mientras tanto, al otro lado, en la realidad de las imagenes que proyectan su imagen en el espejo, aquel que hacia posible la existencia de la imagen del espejo, llora inconsolablemente porque la vida se le fue y ahora solo será una figura inamimada, sin ojos para verse, sin ojos quien lo mire.

Un maravilloso regalo de una mariposa de mil colores

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Ella se levantó y contesto el teléfono. Era él. Un poeta viajero, el que recorría las calles, las ciudades, los mapas, los espejos, el que amaba los días y las noches de fatigosos trabajos, el artista que con sus manos la hacía explorar lo eterno, lo sublime, lo indecible, el que le sonreía con ojos felices desde el otro lado. Desde más allá de las montañas, del cielo y el mar que se unían en una explosión de agua y que los hacían reír a carcajadas, el hombre de las palabras precisadas a tiempo, con paciencia, con pasión.

Hablaron por espacio de media hora y su voz, la voz segura y firme le alegraba. Le alegraba sentir que él estaba ahí. Sus voces uniéndose, como formando una melodía. Le invadía un cosquilleo en el estomago y le pareció una locura por un instante.

Al otro lado, lejos y cerca, entre más lejos más cerca, él la pensaba en su teatro, la pensaba en sus manos y en su alma, en su sombra transparente, en sus poesías, en su sonrisa y en sus ojos- También, la pensaba en sus pequeños mal genios y en los grandes, en sus caminos y en sus tropiezos.

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Se tocaron a través de la pantalla. Sus manos estaban allí en ese hechizo que se desvanecía en lo virtual. Sus sonrisas y sus palabras más allá del tiempo. Te tendré en mis cuentos… dijo o pensó ella, te tendré en mi alma, dijo o pensó él.
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Los cuentos son extensiones del alma. Dijeron o pensaron los dos. Mañana, él seguiría creyendo en el cielo y el mar. Mañana, ella seguiría riendo en el teatro y contando sus historias. Algún día actuarían juntos en el teatro de la vida, amándose bajo las aguas del mismo cielo y del mismo mar…

Por: "alasdeletras"

sábado, septiembre 24, 2005

Miradas del pasado

I
En la mitad del silencio un estallido de música que explota en colores resplandecientes, ausentando el gris de la melancolía y de la no comprensión, cerrando cada camino mal hecho y dibujando nuevas puertas.
Espacio recorrido por infinitos colores y figuras deformes gracias a su intensidad.
Extasis de contemplación dentro de una cuna perfectamente elaborada con hilos de esperanza.
Sinfonía de frecuencias transformadas en gritos de libertad y ahogadas por el insoportable deseo de volar.
Renunciar a cada espasmo de realidad y rendirse ante el espectáculo del instante que se atraviesa desgarrando suavemente la nostalgia.
II
Creer en mi, creer en mi imaginación, creer en mi realidad, creer en mi capacidad para amar.
Amar mi creer, amar mi incertidumbre incredula, amar mi realidad creada y mi irrealidad absurda pero creada por las manos sin forma, amar su forma.
No más préstamos de mi razón, no más compasión y gratitud mal calificada como "leatad".
III
Para aquel en su tiempo... lo que nunca dije: "Ahora luego de una vivencia más recorrida, seguir sintiendo con fuerza aquella ilusión que empezó a construirse solo de un lado, con rebeldía de no perder y de perdonar... Hoy nado en un mar de pensamientos que simulan un futuro no lejano y me ahoga cuando me doy cuenta de que ese no es mi mar. Me dejo llevar suavemente por un viento cálido que me arrulla con susurros de entendimiento."
IV
Desgarrándome, escarbando mis entrañas que se pegan a mi corazón, a mi cerebro. Sentir como la memoria engaña mis actos, mis sentimientos. Enfrentarme cara a cara con mi destino de nuevo, descubro mis debilidades ocultas por una sutil capa de polvo que me hace estornudar y toser, me hace daño, no deja respirar, no como antes. Tranquila, sin angustias, sin pensar.
Decisión, amor, sacrificio, CONOCIMIENTO. Palabra fácil de pronunciar, fácil de escribir pero difícil de enfrentar.
Ya no hay huida planeada, se acabaron los recursos... ya existe la conciencia del engaño, vivir así en el engaño es muy cómodo...
Siento como el destino me golpea con su pluma suave abriendo las heridad más antiguas, más profundas, aún no cicatrizan.
Cómo dejar caer esa tela que lleva tejido todos mis temores, mis angustías, mis errores sin que me arranque la piel? El miedo al dolor, a que se estallen mis víceras.. la respuesta... PACIENCIA
V
Hoy me vuelvo a desnudar, saboreo el sentirme descubierta, torpe, incapaz, cobarde.
Es cierto! estoy frente a la puerta, he abierto su entrada, pero por qué se queda inmovil? por qué no la cruza conmigo? Mi impotencia de mirarme a los ojos y decir una palabra... creo en ti.
VI
Empezar a sentirme de verdad es un sueño pero con mucha consciencia. Recibir el agua y creer que aún estoy entre los brazos de la noche y del calor de un cuerpo diurno. Pensar y recrear los tipos de ángeles, viejos, agrios, dulces, locos, amarillos, frios y adorarlos , y adorarme en ese lugar, con ellos. Salirme por la ventana y flotar entre la lluvia que trata de mojar mis alas para que no vuele. Golpea fuerte! busca por donde entrar solo hay agua...
VII
Tan ajeno a mis recuerdos y tan propio de mis sueños.
Tan cercano a mi locuraen la que nado sin ahogarme, llegas y te hundes conmigo en mi mar y ese amor que quisimos crear, recrear, en el que somos los dueños de nuestras propias convicciones, en el que somos puros y fieles a nuestro placer.
Pero que ocurre? es un terremoto dentro de mi, eres escándalo para mi alma, porque anhelaba tu llegada en cada fantasía, en cada beso mal dado y en cada caricia casual. Te anhelaba tanto que cuando llegas me sorprendes sin vestir mi traje y me muestras el tuyo y me vistes y me tomas de la mano para que pasee contigo... Y yo? yop solo te sigo como si fuera un hechizo concebido en noche de luna llena, un hechizo que me limpia y me hace bella. Y Tu? tu solo me llevas por la senda que jamás adiviné y me besas y me quedo suspendida, agarrada de tu verdad.
VIII
Necesito ser complice de tu cuerpo para poder saber qué me quieres decir.
Necesito saber que sientes en tu batalla para poder ganar la mia.
Necesito saber que pierdo y que derrocho cada espasmo de felicidad porque para mi es como un nuevo saber dentro de ti.
IX
Amo tu paciencia
Amo tu persistencia
Amo tu presencia, tu trascendencia.
Amo tu bulla, tu silencio que rompe desde adrentro mis entrañas, tu grito que sale con fuerza para no ahogarse.
Amo tu amor que sabiamente lo conviertes en tu aliado.
Amo la nocividad que dices tener
Amo tu cuerpo que se amolda al mio y encaja cuando son uno
Amo la entrega de tus ojos y de tu boca
Amo el instante que queda en el moldede de cada lugar donde nos sentimos amados por nuestro amor.

viernes, septiembre 23, 2005

Sombra


La casa era de color amarillo y en el jardín, junto a la línea divisoria entre lo real y lo imaginario se suspendía el árbol del tiempo. Miles de hojas referencian cada día con su noche, los gritos de esperanza, el primer suspiro del recién nacido y el último de aquel que se va para volver a venir. De él se desprenden finas florecillas que nunca logran tocar el césped pues el viento se encarga de arrullarlas como una cometa que se va en la danza de su buen viento. Estas se pasean entre el extremo de lo real y lo soñado y dejan su presencia… imposible no darse cuenta que allí están, que llegan y se quedan para germinar.

La primera vez que abrió sus ojos, lo vio y desde entonces no ha dejado de mirarlo por la ventana, es la bella sombra del árbol del tiempo. El primer día que notó su presencia se asustó tanto que un grito sordo salió de su boca estallando en ligeros sollozos, la espantaba su sombra, desnuda y desordenada. Al siguiente día tímidamente se asomó de nuevo a la ventana y se dió cuenta que la sombra no se había ido, aun seguía allí, aferrada a su propia imagen. No se atrevía a salir de su casa por temor a que cuando estuviera allí, justo en el lugar donde la hermosa sombra estaba proyectada, desapareciera, prefería tener la seguridad de verla siempre y por eso la contemplaba desde la ventana.

Un día le preguntó a alguien que pasaba: -Sabes cómo son los frutos de este árbol?- el extraño no entendía su pregunta porque éste no veía ningún árbol cercano. –Si! Míralo!- le dice mostrándole la sombra. El extraño no comprende y sigue su camino. Ella no se atreve a salir de casa para interceptar al extraño y mostrarle de que se trata, piensa que tal vez él lleva prisa y que es de aquellos seres del mundo que no tiene tiempo para detenerse a observar ya que sus vidas pasan rápidamente, casi imperceptibles… Ella no se da cuenta que esta atrapada en sus propios pensamientos y que su estabilidad no le deja moverse, pero es suya esta estabilidad? o es producto de su imaginación.

Todas las mañanas cuando abre la ventana recoge las florecillas que caen y se posan delicadamente en ella, las sumerge en un líquido gelatinoso y las convierte en finos hilos, tiene miles de metros enrollados en todas partes de su habitación. Van de un lado a otro ocupando todo el espacio, solo ella sabe llegar de la puerta a la ventana sin tropezarse ni enredarse en aquella red mágica.

Ha tenido un sueño en el que ella flota en aquella red que ha construido, pero no es ella es otra, su piel es arrugada y sus huesos frágiles, apenas puede respirar y moverse, quiere poner sus pies en el piso pero no se atreve pues cada movimiento le implica un dolor interminable, quiere quedarse inmóvil. Se acerca algo o alguien a ella, se asusta, no sabe que hacer porque si grita su voz dolerá y si se mueve tal vez no resistirá y morirá. Siente la amenaza cada vez más cerca, tiembla, debe decirse rápidamente, ella conoce el camino a seguir, pero no se atreve, en su cabeza saltan los recuerdos, los pensamientos, las intenciones… Se despierta totalmente bañada en sudor, su corazón apenas puede estar en su cuerpo y llora por varios días, no quiere volver a dormir, le da miedo volverse a encontrar sumergida en su pesadilla. Sus ojos se cierran, lucha, pero es inútil, ya ha vuelto a dormir.

miércoles, septiembre 21, 2005

Para quien vuela en las noches desde el otro lado del oceano...

A QUE HUELES?

ME HUELES A SAL DE MAR, A BRISA FRIA QUE LLEVA LAS CENIZAS DE ALGUN SER MORTAL
HUELES A SONRISAS IMAGINARIAS, A LAGRIMAS AHOGADAS EN LA DISTANCIA Y EN LA AUSENCIA
HUELES A LA EMOCION DE UN ENCUENTRO
A ESOS ANIMOS QUE TE HACEN LEVANTAR DE LA CAMA TODOS LOS DIAS
ME HUELES A UN TE QUIERO, A UN TE AMO, A UN TE EXTRAÑO SIN QUE TE HAYA TENIDO EN MIS BRAZOS.

HUELO A LA NOSTALGIA DEL SILENCIO DE UN TITILAR, AL ESFUERZO POR NO PENSAR EN LA ILUSION QUE ME PRODUCE PENSAR…
HUELO A LAS MAÑANAS LUMINOSAS Y LAS NOCHES OSCURAS Y LLUVIOSAS ANHELANDO UNA PALABRA.
HUELO A LAS RISAS Y PALABRAS DE LA GENTE QUE PASA POR MI LADO, A LOS SUEÑOS E IMAGINARIOS DE LAS PERSONAS MAYORES.

HUELES, HUELO… SOLO QUISIERA OLERTE…

viernes, septiembre 16, 2005

La estacion

El lugar donde se encontraba solo tenia una escalera que unía las dos plantas, el techo era de plástico y cuando llovía fuertemente –como ahora- el ruido que se producía era tan fuerte que no se escuchaba voz humana, todos callaban, la lluvia se imponía. Las personas vienen a este lugar a esperar algo o a alguien, unos vienen para irse y otros viene para despedirse, otros simplemente regresan con la mirada perdida. Sin embargo unos dicen adiós a un espectro de vida, ellos mismos ya no saben decir adiós, no se escuchan y cargan su maleta por los doscientos cuarenta y tres escalones hasta encontrarse frente aquel que les llevará.

Hay una mujer parada en el primer escalón, viste un traje de rosas azules con blanco, en su cabello lleva mal puesta una pañoleta sujeta por dos pinzas plateadas que reflejan tal vez una vanidad ya pasada de sentirse bella, de verse bella, pero ahora cuando se adorna su cabeza ya no tiene la emoción de un encuentro o de una mirada insinuante. Sus manos se ven viejas y arrugadas, lleva dos anillos plateados que luce sin ningún afán. Su mirada esta perdida, la ensordece el ruido de la lluvia que siempre ha estado en ella y fuertes gotas caen en su conciencia. Pero, por qué esta aquí?, qué es lo que busca?
Toma sus cosas y se marcha bajo de la lluvia…

Una realidad que reúne muchas otras. Cada individuo con una distinta y cuando se encuentran solo se logran unir pequeñísimas partes ya que el miedo a ser descubierto hace que sea así… el miedo a tener miedo, a sentirse vulnerable… La realidad de aquel hombre – Jans? o tal vez Gans?, no lo escuche muy bien, por el ruido de la lluvia- era tan precisa, calculada y pesada, si pesada, pesaba tanto que sus piernas temblaban y me daban ganas de ayudarle prestándole mi cuerpo para sostenerse, era tan delgado que apenas podía ponerse en pie. Era su obsesión el ser delgado, era la única manera de no ver su pesadez en el espejo, pero sus pasos eran tan fuertes que retumbaban por todo el lugar. Quería que alguien se acercara a él y le sorprendiese con la levedad de un secreto. –Tal vez era lo que espera de mí- Pero donde podría estar yo en ese momento?, tal vez con la ilusión de un conocimiento que no llegará sino en el momento que debe ser.
-Donde esta la vida que se sueña, donde encontramos las ansias de seguir, porque no solamente quedarse de pie contemplando el infinito y luego dejarse caer… qué nos sostiene, cuál es el estado que nos rescata? – le dije en el oído, pero Jans o Gans no escuchó…

Sus piernas temblaban aún, ya no sabía si era por el peso o por el terror que le producía mi mirada. Se sentía desnudo frente a ella pues nunca nadie lo observó tan detalladamente, con tanta curiosidad de su estado, el siempre pasaba desapercibido a pesar de sus señales físicas, siempre iba lento, arrastrando sus pies para que sus pisadas no retumbaran tanto… pero imposible para mi no darme cuenta de lo grande que era.

jueves, septiembre 15, 2005

Encuentro

I
Todo empieza con un beso y termina con un beso, un dulce y largo beso lleno de imágenes, sentimientos e ideas que el tiempo dejo cristalizar. El subió una vez por aquel camino por donde jamás pensó andar pues su ruta era otra, una ruta amarillenta y polvorienta e iluminada por los asombrosos y celosos rayos del sol que querían solo herir su piel. Por el camino encontró una planicie que le dejo absorto ante tan majestuosa imagen pues su frescura se reflejaba como en un espejo; él se veía en su propio espejo… pero no lo sabia. Sus pies olvidaron por un instante su razón de estar junto a él, sus manos su propósito dejando caer los días de trabajo y de caricias… esas caricias que tanto buscó en días y noches de tormentos.

Un sonido sordo lo saco de golpe de aquel momento único e irrepetible, qué era?, quién osaba molestar tan precioso momento? Miro a su alrededor. Arriba solo el gran astro que violentaba con su calor, abajo sus pies que no respondían, en un lado, camino y el otro, camino!... De donde podrá venir? Lanzó un grito al viento haciendo que se levantara una nube de hermosas aves que se escondían entre la hierba. Pero nada, nadie respondió a su llamado, solo silencio. -Donde estas?, quién eres? No te escondas? Deja que te vea?- dijo. Solo un susurro y la suave brisa que lo envolvía de pies a cabeza y le hacia estremecer. -Donde estoy?- pensó, más no pronuncio estas palabras pues le daba pánico que alguien le respondiera.

Decidió continuar con su andar, que le costo reanudar pues sus pies se habían estacionado no queriendo ser removidos. Camino un poco más y de pronto otra vez aquel susurro pero aún más claro que le decía: Déjame verte, mírame! Se detuvo y tembló de miedo, su piel estaba tan erizada que ya no sentía los penetrables rayos del sol, su cabeza retumbaba y su mirada esperaba encontrar la respuesta en algún ser humano, en alguna roca, en una planta, en un animal cercano, pero lo único que había en aquel lugar era él!

Empezó a correr hasta que ya sus pulmones no podían oxigenar su cuerpo y su pensamiento dejo de ser coherente y simultaneo. De pronto se detuvo agitado, en medio de aquel lugar sin tiempo ni espacio, sin una brizna de compasión sintió que ya no era aquel que había empezado a recorrer aquel camino, era otro! Su cuerpo se había transformado, sus sentidos le pedían ser oídos, y la voz le decía con mas fuerza: Mírame!, Mírame!

Se dio vuelta, miro el sendero que había recorrido y se vio allí, de pie, desvalido, impotente, sin rostro, sin nombre, sin manos… y acepto su nuevo estado. Sintió que una calida sensación recorría su frente y lo tranquilizaba. Era aquel beso que jamás espero, que jamás soñó y que de repente se convertía en su salvación, en su vínculo con la realidad.

II
Nublosamente sus ojos enfocaban el rostro de aquel ser que le despertaba, un estado de ensoñación lo envolvía, lo arrullaba. Se retorcía y pensaba que solo una mirada podría sacarlo de aquel estado. Despierto ya, se dio cuenta que sus ojos no tenían color, que no diferenciaba el azul del rojo, que los sonidos no le pertenecían a un objeto, que los sabores no eran de un alimento. Se dio cuenta que el era parte de todo ello, que volaba entre las vibraciones, que se dejaba llevar y traer. Inmerso en esta sensación su pensamiento adquiría la forma de las formas que no veía. Recordó aquella planicie en la que se contempló.

-Ha estado mucho tiempo dormido, hace sonidos extraños y apenas respira- escuchaba a lo lejos, pero no buscaba el origen de aquellas palabras pues su mente no conocía forma aún para ellas. Aquí estoy!- se decía para sentir que era parte de aquella conversación… inútil gritarlo cuando no hay quien lo escuche afuera, pero en él sus palabras hacían eco; en ese instante se dio cuenta que debía despertar, saltar de su estado pasivo y ponerse de pie, caminar y mostrarle al mundo lo que era, dárselo, como un héroe que entrega su Ser para que el tiempo se encargue de agradecérselo.

Su andar era cada vez más estrecho porque no encontraba la correspondencia de sus actos, pero insistía, persistía, su espíritu se había gestado fuerte e invencible por eso no caía.

Un día, mientras, sentado en una banca, debajo de un majestuoso árbol que le mostraba como estaba diseñado, como sus ramas tenían una progresión matemática perfecta y como armonizaba con su entorno, la vio por primera vez. Fue un destello. De ella salía una luz imperceptible, su mirada lo atrajo pues era como una estela que se clavaba en el horizonte. Ella no lo miraba a él, ella solo miraba el horizonte, a lo lejos. Pero en su paisaje estaba él.

III
Ella tenia en su rostro las marcas del tiempo, en sus ojos se veía el amor y desamor con que percibía su propia vida. Su cabello se agitaba suavemente al ritmo que le imponía la brisa y su piel se veía fresca.
Qué aroma tendrá… - pensó él- Algunos días atrás su vida se reducía al quehacer, a ganarle la batalla al tiempo, se obsesionaba con todo aquello que le disminuyera camino, quería engullir el mundo, ansiaba sentirse viva tal vez porque de niña no encontraba un motivo suficiente para ello, tal vez porque no entendía que el sol saliera todas las mañanas y en la noche, después de su recorrido, se fuera. Ahora ya no tenía estas conversaciones con ella misma porque aquellos pensamientos quedaron guardados debajo de una montaña de letras, números, conceptos, fechas, fórmulas, y todo aquello que pudiera reemplazar su sentido común; no porque esto no le sirviera sino porque ella no quería recordar quien era.

Hoy, justo en el momento en el que se encontraba contemplando el sentido del sin sentido, percibió su mirada, pero no sabía de donde procedía aquella sensación que la violentaba tiernamente, que la hacia sonrojar, que la estremecía. La mayoría de las veces no estaba presente en la vida del común porque sus anhelos eran elevados y profundos. Pensaba que ella pertenecía a un mundo en el que la sutilidad y el equilibrio se imponían, sin embargo los actos cotidianos que la asaltaban constantemente le mostraban la realidad. Este momento, en el que se sentía observada, le hacia sentir el peso que ella quería evadir. Su mirada se clavaba en ella tan profundamente que la quemaba. Quién era ese ser que con la tranquilidad aparente de su respirar y de su pensamiento la agitaba. Digo: aparente ya que dentro de si libraba las batallas más crueles y engañosas, era su viaje interior para luego aflorar en lo impensable.

Pronto se posó una gota fría en el rostro de ella dando aviso de tormenta –como la que ella estaba apunto de librar- y buscó con su mirada aquella que no la dejaba respirar. Se dio cuenta que ya no estaba allí. Sintió que algo se había llevado aquel hombre, algo que nunca le había hecho falta pero ahora que no lo tenía era como si le hubieran robado media vida. La tormenta era más evidente, ella inmóvil, perpleja, se dejó llevar. Caía fuertemente la lluvia sobre ella, el viento la golpeaba y ella seguía inmóvil mirando aquel espacio donde él había estado, tratando de ver su imagen, tratando de dibujar en el espacio su figura… Pero no le bastó el esfuerzo. Desde aquel día ella no volvería a ser la misma.

IV
Hombres y mujeres caminan por el mismo lugar todos los días, por las mismas calles, suben las mismas escaleras, toman el mismo autobús, beben el mismo café por las mañanas, leen el mismo periódico pero no están presentes, están ausentes, sus cuerpos están pero su espíritu esta escondido tras el velo del a-tiempo. Es una carrera constante por vivir de prisa.

Los dos (él y ella) pensaban esto mientras se miraban al espejo. Coincidían en el pensamiento?, coincidían en un sueño afín? No es malo soñar con cosas bellas pues lo bello es alcanzable, solo es cuestión de tener la capacidad de transformar cada instante de fuga y estar en continuo movimiento entorno a él. Tener la satisfacción de que ya no está vacío ese espacio soñado.

Todas las mañanas, a los dos les sorprendía el amanecer con las mismas preguntas. Cómo contestar sin emitir más preguntas, cómo contestar sin esperar respuestas que desgarren las entrañas y hagan perder la coherencia de la estructura solidificada. Es inevitable el encuentro.

V
Ella escribe: “Tocas, entras y te sientes dueño de mi vestimenta, la haces polvo y luego, cuando quieres me vuelves a vestir. Me esculcas, me revuelcas, me sacudes, me haces soñar, me invitas a vestir tu traje puesto perfectamente en tu cuerpo. Tu estrategia es analizada cuidadosamente para que mis esfuerzos por volver conmigo, por quitarte aquello que te llevaste esa tarde de lluvia, se enmudezcan y prefieran seguir tu juego.”

Todos los días ella va al mismo lugar, cumple la misma cita, tal vez con la esperanza de que algo suceda y le haga perder la cabeza, sin embargo, ella, aún sin saberlo, va a aquel lugar no a buscarlo a él sino a querer ocupar el mismo espacio donde se sintió tan amada.

Suena el teléfono y habla con alguien. Cuelga y se siente molesta, enfadada por aquellas respuestas que la hacen sentir el vacío de la realidad… pero así es su vida; sube tan alto y luego en caída libre baja. Quiere gritarle al destino que le muestre su cara, que le deje ver sus ojos cuando le esta diciendo que los acontecimientos que le vienen, tienen que ser de la manera con él lo ha estipulado y no como ella lo sueña. - Cobarde! No te escondas tras el velo de la dulzura y la comprensión, deja esa crueldad con la que muestras la realidad…!

Corre de un lado a otro, pero sus pies son torpes y tropieza, cae. Ya no quiere volverse a levantar, su mirada se fija en la rendija inferior de la puerta por donde ve al otro lado como la vida se mueve. Ella ya no quiere moverse, se siente indefensa. Se siente cómoda en su nueva situación, quiere volverse tan pequeña como para meterse por debajo de aquella abertura y pasar al otro lado. Lo intenta. A su memoria llega el recuerdo en el que de niña pensaba que podía traspasar las paredes, cerraba sus ojos y empezaba a caminar hacia una de ellas, y por un instante sentía que lo hacia. Estaba traspasándolas!, su cuerpo se había vuelto invisible e inmaterial… y justo cuando ya su corazón no podía con la alegría de aquella hazaña, la materialidad la golpeaba fuertemente y despertaba.

Se queda dormida…

VI
Nada. Solo pasa el tiempo… y la nada cada vez es más insoportable. Sentir que se camina en redondo, sentir que no se avanza. El movimiento es lento, imperceptible, lo que se mueve es una gran masa que aún no tiene forma definida… Por qué llegan tantos pensamientos a la vez?

Camina por el andén, poniendo un pie en frente del otro, en línea recta, su mirada es hacia el frente. Se distrae y recuerda súbitamente cual es su cometido. Se devuelve unos pasos. Mira el número de la casa, verifica y toca. Nadie responde.

Ella se despierta y mira a través de la pequeña fisura, ve sus zapatos gastados. Sigue sus pasos con la mirada. Y de pronto vuelven a tocar. El presiente que hay alguien. Ella esta inmóvil. Suspira y cierra sus ojos. El quiere verla, quiere devolverle lo que se había llevado, pero ella prefiere que se quede con eso, con su media vida, pues será la única manera de no morir.

Se queda dormida…

VII
El sol vuelve a salir.