miradascelestes

miércoles, junio 28, 2006

29-30

Odi et amo. quare id faciam, fortasse requiris?
nescio, sed fieri sentio et excrucior.
Catullus
En las mañanas me despierto pensando que ya te he olvidado, que tu imagen es difusa y confusa entre mis recuerdos, que puedo caminar entre la gente sin que me persiga tu mirada buscando entre las hojas secas que el viento arranca despiadadamente, un instante que me haga sentir que puedo besar otra boca que no sea la tuya; y a mi vuelven las ganas de ser valiente.

Cuando la tarde comienza su andar, empiezas a entrar con espasmos e impulsos de posibilidad y esperanza y sin embargo mis ansias de ti son como retazos de imágenes puestas en una película ya pasada de moda. Suelen mis manos ponerse frías ante el contacto con otro cuerpo y mi mirada trata de mantenerse erguida ante la lucha que pueda comenzar.

Cuando la noche llega despacio y sin anuncio congelando mis huesos con su frialdad, son tus palabras, esas que jugaban en mí como pequeñas traviesas las que me calientan, tu aliento revive mi respirar y el recuerdo de tu sonrisa la que me da vida; esa que agoniza cuando quiero estar segura de que te olvido.

Mi piel te busca aunque jamás la hubieras tocado; mis labios saborean el dulce de tu mirada lejana y mi amor te mantiene vivo aun sabiendo que ha caído en el olvido.

Y yo. Yo te hago cómplice de mis despertares, de mis atardeceres, de mis noches y de la mirada que siempre me acompaña: TU

sábado, junio 24, 2006

Ven

Pintura de Manuel Tinizaray

Ven y cuéntame tus secretos
Ven despacito y sin afán
Ven por tierra, aire o mar
Ven y tócame suavemente
Ven, te espero aunque no sepa quien eres.

miércoles, junio 21, 2006

InMorTaL o InVENcible

En el inmortal mundo de las letras nacen seres invencibles. Lo inmortal y lo invencible connota una diferencia en este mundo. Lo inmortal no tiene error de muerte, ni miedo de equívoco, ni de cambio al sonar la campana de la transformación aparente; en la inmortalidad la seguridad del estar bien atado hace la estadía más placentera; en la inmortalidad se pueden lanzar palabras y decidir darles una vida postergada porque los actos no se quejarán por la inevitable caída en el olvido. En la inmortalidad los seres no pueden soñar porque sus vidas transcurren en línea recta.
Lo invencible es el sometimiento a duras pruebas en las que se debe medir la resistencia de los materiales, de los pensamientos y de los actos. En lo invencible de un ser se refleja su propia pasión por lo que aun no le ata.

Esta breve reflexión se la hacia M todas las mañanas antes de levantarse de la cama y se iba a la ducha fría preguntándose que seria hoy: inmortal o invencible. Naturalmente su vida era una cadena interminable de sucesos casi automáticos y mecánicos en donde de vez en cuando se permitía sentir la libertad de pertenecerse. Contemplaba en el espejo sus facciones y veía su melancolía infinita, compañera de batallas y escudo perfecto ante las agonizantes lanzas del amor. Detrás de su imagen no había nadie más que la propia idealización de lo que quería. Su anhelo.

Hoy decide ser invencible; siente la valentía de tomar sus propias decisiones para darse a la tarea de ser feliz. Camina por la calle y como nunca antes, cada objeto que observa le saca una sonrisa tímida. Piensa en el encuentro de anoche con su imagen borrosa queriendo hacer real palabras, voces y deseos; muerde la almohada por un beso que no podrá dar. Este recuerdo del corazón no le hará perder su decidido estado de invencible.

Sus pasos son firmes y su andar seguro; encuentra la belleza en todo lo que durante los días de inmortalidad le parecía repugnante y odioso. Se da cuenta del vértigo que le produce un encuentro fortuito y quiere ir en busca de el; su mirada atrapa una posibilidad y va por ella. Su voz delicada le apasiona y le hace danzar levemente alrededor de sus palabras. Juegan juegos que liberan y en medio de la desenfrenada agonía del deseo ella le susurra pacientemente que la venciese. M cayo en un túnel sin fin, rodando en espiral sin poder sujetarse a nada, aquella insinuación lo volvía inmortal.

Regresó a casa, recogió su valentía de ser invencible, la guardó en la alacena y poco a poco, bebiendo una copa de vino, se sumergió en su inmortalidad.

viernes, junio 16, 2006

Buscando unas letras, me encontré con este poema de Baudelaire. Un regalo para todos!!!
EMBRIAGAOS
Hay que estar siempre ebrio. Nada más; esta es toda la cuestión. Para no sentir el peso horrible del tiempo, que os quiebra la espalda y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin parar.¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como queráis. Pero embriagaos.Y si alguna vez, en las escaleras de un palacio, en la verde hierba de una zanja, en la soledad sombría de vuestro cuarto, os despertáis, porque ha disminuido o ha desaparecido vuestra embriaguez, preguntad al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que gira, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, las olas, las estrellas, los pájaros, el reloj, os contestarán: "¡Es la hora de embriagarse!" Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos; embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o de virtud, como queráis.

martes, junio 13, 2006

Su soledad

Desde el piso 11 se escuchan los lamentos de los olvidados después de una noche donde sus cuerpos se calentaron con otros cuerpos. Los rayos de luz penetran por entre los tejados color naranja y secan las lágrimas de los ausentes. El río que divide la ciudad en dos, se encarga de llevarse todos los pesares, los amores y desamores, los deseos y las fantasías que habitan pesadamente en el alma de quienes viven.

El sale de su guarida día tras día escapando de la desoladora imagen de su madre; le da un beso en la frente y se aleja con la esperanza de que si muere durante su ausencia por lo menos pudo besarla una última vez. Camina y se confunde con los otros hasta llegar a un destino rutinario que le recibe con los brazos abiertos y con una sonrisa alentadoramente melancólica. Se refugia.

Durante el día anhela la noche para acompañar a Su soledad, ella le reclama constantemente por su desmesura. El la contenta con un beso en la frente, la saca a bailar, la embriaga y luego le hace el amor hasta bien entrado el amanecer para luego regresar en silencio y sin hacer ruido, meterse en su cama y desear que pronto anochezca.

Un día, o mejor, una noche en la que Su soledad estaba con dolor de cabeza, conoce a una mujer; le pregunta su nombre y si le gusta el río que divide la ciudad en dos. No le interesan sus respuestas, se conforma con haber podido preguntar. Caminan, bailan y cuando le hacia el amor, sus manos tiemblan y sus dientes castañean; siente que Su soledad ha sido violada, ultrajada y golpeada violentamente. Llora sin consuelo alguno y se queda aferrado a una almohada con olor a mujer.

El duelo comienza, Su soledad agoniza entre los matorrales abandonada.

sábado, junio 10, 2006

Estaré en el silencio de la noche que reclama el amanecer,
en el rayo que cae desordenadamente hasta tocar tierra después del estruendo.
Estaré en el momento en que la flor abra sus pétalos al sol,
y cuando la luna levante la mar.
Estaré donde me puedan ver y alli donde no puedan, tambien estaré solo que un poco escondida.
Estaré donde no pueda estar susurrando mi presencia
y cuando ya esté no volveré a decir nunca "Adios"